Una de las situaciones que más dudas generan en un diseñador web es el momento de hacer el presupuesto para un cliente.
¿Hago un presupuesto general? ¿Detallo cada tarea y su precio? ¿No será demasiado caro? ¿Estaré cobrando de menos? ¿Queda claro todo lo que ofrezco?
Aunque tengas claras las respuestas, es posible que comiences a desarrollar el proyecto y el cliente te pida modificaciones. Y ahí te surge otra duda: ¿se las cobro aparte?
Si lo haces, es posible que se enfade o se rompa la confianza. Si no lo haces, es posible que te sientas mal contigo mismo por tener miedo de cobrar algo que no estaba contemplado en el presupuesto.
Para evitar problemas y malentendidos, lo mejor es dejarlo todo bien claro y por escrito antes de empezar.
Veamos cómo hacer un presupuesto web.
Elementos del presupuesto de una web
Estos son los 7 elementos deben figurar en un presupuesto web:
Datos del titular
En primer lugar, los datos del titular para el que vas a desarrollar el trabajo, bien sea un freelance o una empresa. Pon el nombre, logo o foto, y algún dato de contacto.
Es importante que el cliente sepa que es un presupuesto personalizado, que te tomas tiempo con cada cliente y que se sienta importante.
Tus datos de contacto
La información de contacto es vital para que el potencial cliente se sienta cómodo sabiendo que vas a estar ahí cuando te necesite.
Añade tu correo electrónico y, si lo consideras, tu teléfono u otra forma de contacto.
Detalle del servicio web
Es momento de detallar los puntos principales del servicio de diseño web.
Trata de ser lo más claro posible. Utiliza lenguaje que puedan entender el común de los mortales, es decir, no te pongas demasiado técnico ni utilices muchos anglicismos.
Enumera los pasos del desarrollo y una breve descripción de cada uno.
Importe total y desglose de impuestos
Después de detallar las tareas a realizar, es momento de mostrar el importe total del servicio web y el desglose de los impuestos.
Aquí es donde le queda claro al potencial cliente lo que tiene que desembolsar para hacerse con tus servicios.
A esto hay que sumarle los impuestos, generalmente IVA e IRPF. La transparencia es clave para generar confianza y cerrar la venta.
Además, el cliente se podrá desgravar el IVA.
Preguntas frecuentes
Hay preguntas de los potenciales clientes que se repiten. Adelántate a las dudas que, generalmente, son objeciones de venta:
- ¿Cuánto tiempo vas a tardar en tener la web lista?
- ¿Me voy a quedar sin web mientras la cambias?
- ¿Quieres más información sobre el negocio?
- ¿Necesitas que te dé acceso al hosting?
- ¿Puedo pagar en plazos?
Estos son solo algunos ejemplos. Las preguntas frecuentes pueden ser otras, aunque algunas lo harán seguro.
Fecha de vencimiento
Uno de los factores de compra más poderosos es una oferta por tiempo limitado. Para aprovecharlo, añade a todos tus presupuestos una fecha de vencimiento.
Por ejemplo, “oferta válida hasta fin de mes”. Esto hará que el potencial cliente no postergue su decisión, sino que tenga que plantearse si la acepta o no.
Formas de pago
La forma de pago es uno de los puntos críticos para cerrar una venta. Y es que el cliente está acostumbrado a pagar de una manera y le gusta seguir haciéndolo así.
Por tanto, lo más recomendable es tener al menos 2 o 3 formas de pago para que el cliente pueda elegir. Por ejemplo, pago por transferencia y con tarjeta.
Si al menos no coincide con la que más le gusta, sentirá que tiene poder de elección y que se tienen en cuenta sus preferencias.
Variables del presupuesto web
El importe total del presupuesto de una página web depende de los siguientes elementos:
1. Hosting y dominio
El alojamiento web es la casa de una página, por lo que no es una elección menor. Antaño muchas empresas y diseñadores web freelance incluían este servicio con el fin de ofrecer un mantenimiento web.
En la actualidad, el hosting suele ser un servicio contratado por el cliente (a recomendación del diseñador web) y no está dentro del presupuesto.
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Además, puede que el cliente ya tenga contratado un hosting y no lo quiera cambiar. Por tanto, es habitual que no figure en el presupuesto pero todavía hay casos en los que sí está dentro de él.
El nombre de dominio es la forma que tiene la gente de encontrar una web en Internet. Por tanto, es de vital importancia.
Elige uno que sea el nombre de la marca del cliente. Si no es posible contratar el .com, busca el de tu país (.es, .co, .mx) o uno más genérico (.net).
Su coste es muy reducido (10€ – 15€), por lo que, de incluirlo en el presupuesto suele ir con el hosting.
2. Plantilla
La mayoría de las páginas web de Internet utilizan WordPress. Este CMS o gestor de contenidos permite gestionar el diseño y el contenido de forma separada por lo que, si rediseñas la web, no pierdes el contenido.
La base del diseño en WordPress son las plantillas, que traen una estructura predeterminada que luego se puede modificar con editores visuales como Elementor.
Como en todo software online, las plantillas más completas son de pago. El coste de la licencia es algo que puedes añadir al presupuesto de la página web.
3. Diseño gráfico y fotografías
Un diseño gráfico logrado y unas fotografías profesionales son dos elementos imprescindibles de una web de calidad.
Y es que no hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
Logotipo, banners, iconos y patrones deben ser diseñadas por un profesional. En ocasiones, el diseñador web es también diseñador gráfico o trabaja con un colaborador.
En estos casos, se añade la parte gráfica en el presupuesto.
Algo parecido ocurre con las fotografías. Una sesión de fotos es clave para marcar la diferencia entre la web de un aficionado y la de un profesional.
Este servicio es menos habitual que se incluya dentro del presupuesto web pero podría ser una buena forma de ayudar al cliente y de dar un mejor acabado a nuestro diseño.
4. Textos de la web
Una web no solo es diseño y gráficos, sino que el texto es una parte fundamental e imprescindible.
Distinguimos tres tipos de textos:
- Persuasivos: son los que están orientados a la creación de marca y a la venta. En la jerga se conocen como copywriting.
- Contenidos: están orientados en aportar valor al cliente y posicionar en buscadores para atraer nuevos clientes.
- Legales: son requeridos por las instituciones para cumplir con las normativas establecidas en un país, continente o a nivel mundial.
Cada uno de estos tipos de texto requiere de un profesional que los genere.
Un freelance puede hacer la chapuza de copiarlos, imitarlos o generarlos con inteligencia artificial, pero un proyecto serio debería invertir en ellos.
5. Idiomas y regiones
Una web en varios idiomas es como varias páginas web en una sola. Hay que generar el contenido en tantos idiomas como esté disponible.
Lo más recomendable es que una web esté en los idiomas que hablan los potenciales clientes.
En algunos casos, hay empresas que traducen una web para mostrarse más internacionales, sin embargo, están tirando recursos de la empresa a la basura.
Si tienes un negocio de venta de pollos en Cuenca, no tiene sentido que tu web esté en cinco idiomas. Mejor que esté en español y con todos los textos bien trabajados.
En cuanto a las regiones, si una empresa es internacional y tiene presencia en países que hablan el mismo idioma pero con algunas diferencia idiomáticas (España, México y Argentina, por ejemplo), culturales y monetarias, deberías crear una versión para cada una de ellas.
Tanto las páginas como los posts, deberían poseer la etiqueta Hreflang para indicar el idioma y la región (el país).
Lógicamente, cada región requiere sus textos, por lo que es como una web distinta, aunque comparte la estructura del diseño, por lo que no la presupuestes como otra web.
En su lugar, añade el costo extra de generar las nuevas URLs y colocar los textos que te pase el especialista de cada área (legal, copywriting y blog).
6. Tamaño de la web (URLs)
El tamaño de la página web es un elemento clave a la hora de hacer un presupuesto. Y es que no es lo mismo hacer una web con Inicio, Sobre mí, Blog y Contacto que un ecommerce con 200 productos.
Las páginas de emprendedores suelen tener entre 5 y 10 páginas. Después, se añade una URL por cada post, pero eso no requiere de un nuevo diseño.
Estas son las páginas más habituales:
- Inicio: es la Home o página principal.
- Sobre mí: también puede ser Nosotros. Te presentas y describes tu propósito.
- Servicios: es donde se encuentra tu propuesta, lo que haces por los demás.
- Contacto: desde aquí pueden contactarte por una o varías vías.
- Blog: el lugar donde aportar valor con tus contenidos.
- Aviso Legal: aquí se pueden separar la política de privacidad, la política de cookies y las condiciones de contratación.
A partir de aquí, la web puede tener landing pages para anuncios, captación de suscriptores, webinars y un largo etcétera.
7. Funcionalidades
Un presupuesto web parte de un servicio base. Luego cada cliente puede requerir de funcionalidades añadidas para su negocio.
La implementación de cada funcionalidad, tiene un costo adicional.
Por ejemplo, puede que alguno necesite integrar una pasarela de pagos o un ERP para gestionar sus clientes.
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Cómo hacer el presupuesto de una página web
Una vez que ya tienes claras las variables de un presupuesto web, es momento de pasar a la acción. Estos son los pasos para crear un presupuesto:
- Recopila toda la información del cliente
- Analiza la información con detenimiento
- Lista todas las acciones a realizar
- Crea el presupuesto web
- Entrega el presupuesto
Veámoslo con más detalle.
1. Recopila toda la información del cliente
Para hacer el presupuesto web de un cliente necesitas conocerlo todo sobre su negocio: cuál es su propuesta de valor, su cliente ideal, competidores, equipo, recursos y objetivos.
Cuanto más sepas sobre su negocio mejor podrás plasmarlo en la web.
Aquí tan importante como la transparencia es que hagas las preguntas adecuadas y tengas en cuenta las respuestas a la hora de presentar el presupuesto.
2. Analiza la información con detenimiento
Lógicamente vas a obtener mucha información. Es necesario que escuches con atención, que tomes notas, que trates de comprender a fondo.
Una vez hecho eso, analiza la información. Tómate tu tiempo. Dedica un par de horas a investigar a la competencia, ver qué hacen bien, qué no, qué hueco no están cubriendo o si hay algo que no comunican bien.
Al día siguiente, piensa cómo vas a diferenciar a tu cliente con el diseño web.
3. Lista todas las acciones a realizar
Apunta en un bloc (virtual o físico) todas las acciones a realizar para lograr ese toque distintivo, esa seña de identidad propia del negocio de tu cliente.
Toma el detalle del servicio web estándar y personalízalo para tu cliente.
Este listado será la guía para hacer una gran página web.
4. Crea el presupuesto web
Es hora de coger el toro por los cuernos. Elabora el presupuesto web e incorpora todos los elementos que hemos visto en el primer apartado.
Huye de los presupuestos en Word o en Excel. Eso es más aburrido que esperar tu turno en el médico. Haz algo diferente.
Una breve presentación en Power Point puede ser una buena manera de conectar con tu cliente. No abuses de las animaciones. Mejor si no tiene. Es un presupuesto profesional, no una presentación en el colegio.
5. Entrega el presupuesto
Pasa tu presentación a PDF y envíasela a tu potencial cliente.
Añade un texto en el que menciones cuánto te ilusiona el proyecto, cómo crees que tu servicio podría ayudarle y cuándo podrías empezar.
Esto te hará ganar muchas papeletas para que lo acepte.
Modelo de presupuesto web
Si estás buscando un modelo de presupuesto web, déjame decirte que lo mejor es que utilices una plantilla de Power Point y la personalices a tu gusto.
El propio programa ya trae algunas. Si no te convence ninguna, haz una búsqueda en Google. Verás que hay multitud de ellas y se ven muy elegantes.
Edita la plantilla, añade tu toque personal y personalízala para el cliente.
Recuerda que lo más importante es que des respuesta a las necesidades del cliente. El modelo, plantilla o diseño que utilices es solo el envoltorio de tu gran propuesta.
Hasta aquí este post sobre cómo hacer un presupuesto web.
Esperamos que te haya sido de ayuda y mejores tus porcentajes de venta.
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